Perfil
Los hermanos López aportaron el dinamismo y creatividad a la cocina tradicional de su padre en el Restaurante España. Ellos reformaron los equipamientos y servicios para lograr un espacio en el que reina la elegancia y el saber estar de estos dos profesionales de la hostelería. En 2014 el Instituto de Calidad Turística Española otorga al restaurante la “Q” de Calidad Turística, reconociendo así el esfuerzo y superación del buen hacer de los hermanos López.
Pero desde nuestro punto de vista el famoso dicho de “Y para comer lugo…” cobra sentido en los fogones del España más que en ningún otro sitio de la ciudad, de la provincia y seguramente de la región.
Héctor es un verdadero mago de la cocina y nada hay que decir de su arte que ya no se sepa, más que conviene ir a recordarlo de vez en cuando para que nuestro paladar no se olvide de lo que merece la pena probar. No ofrece una carta amplia, porque no necesita más en comedor. Abarca todos los aspectos y posibilidades para darnos ese pequeño homenaje semanalmente cuando menos.
Para diario ofrece un menú excelente en el gastro bar que nos dejará gratamente sorprendidos, pero lejos de los menús de batalla que se suelen ofrecer en otro tipo de establecimientos, porque éste es para los que quieren calidad y excelente preparación.
El cocinero puede ser fantástico, pero si el equipo que atiende al cliente no está a la altura, este fantástico Chef no brillaría todo lo que su luz le permite, pero en el España eso no sucede, puesto que la atención al cliente es de la mejor con la que nos han obsequiado en todos los restaurantes que valoramos.
Francisco (Paquito para los amigos, a pesar de ya no ser un crío) es un anfitrión como pocos y dirige a una equipo atento, profesional, servicial, correctísimo… seguramente me olvido de algún calificativo, pero todos buenos. No hay palabras para describir su buen hacer.
En definitiva, un tándem que hace del España uno de los mejores restaurantes del norte de la península.
No quiero olvidarme del proyecto iniciado en el 2015 para ofrecer y garantizar una auténtica carne de buey y de verdadera calidad, pues en sus terrenos de Portomarín (Lugo) crían sus propios ejemplares según los mejores consejos y costumbres y, puedo decir, que las veces que lo he probado me resultó de lo más exquisito.
Por su puesto, como no podía ser de otro modo, la carta de vinos es muy buena, con la mayor parte de las mejores referencias y con variedad de ellas. Excelente en este capítulo.
No es un restaurante para bolsillos angustiados, pero tampoco es tan exclusivo que tengamos que entrar asustados por si la cuenta nos va a dejar temblando, nada más lejos de la realidad. Es un restaurante para cualquier tipo de clientes y bolsillo medio. Personalmente opino que si lo valoramos en su justa medida es barato. No obstante, su carta y su oferta se puede consultar previamente en la web.
Es un lugar que merece la pena visitar, porque si vas una vez, simplemente te enamora.
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