Ya con nuestros pies a punto de renunciar entramos en Galicia, montañas y pendientes que pondrán a prueba nuestra resistencia, caminados unos cuantos kilómetros sale a nuestro encuentro Pereje, el pueblo, conserva parcialmente su aspecto medieval.

Digno de mención son la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, un viejo hospital de peregrinos y la antigua cárcel.

Los siguientes pueblos son Trabadelo, que nos ofrece la posibilidad de hacer un merecido descanso, tienen albergues, casas rurales y algún bar, luego La Portela de Valcarce y Ambasmestas también tienen bares donde tomar algo y alojamientos.

Vega de Valcarce, es mucho más grande que los otros pueblos y dispone de todos los servicios, médicos, farmacéuticos, cajeros, bares, albergues, panaderías… Y si aún tenemos fuerzas, podemos visitar la Iglesia de la Magdalena y el Castillo de Sarracín que fue Templario, soportó el ataque de los Irmandiños y entre sus paredes pernoctó Carlos V, cuando iba a coronarse en Alemania.

A las afueras de Ruitelán hay una capilla dedicada a San Froilán, patrón de Lugo, cuentan que domesticó a un lobo cuando éste le atacó y en el mismo Ruitelán un café bar a la sombra de los árboles con una magnífica terraza.

Las Herrerías es un pueblo pequeño cuyo nombre viene de las cuatro herrerías donde trabajaban los metales. Necesitamos pasar por otros dos pueblos, La Faba y Laguna de Castilla antes de llegar a O Cebreiro, este pueblo pertenece a los Ancares Lucenses, en su arquitectura destacan las pallozas, que eran antiguas viviendas prerromanas, y la iglesia de Santa María del siglo IX, que custodia un Cáliz románico del siglo XII.

Existe la leyenda del Santo Grial de Galicia, la cual cuenta que un vecino de la aldea cercana de Barxamaior, llamado Juan Santín, acudió en un día de una gran tormenta a Misa, como hacía siempre y como siempre, fue el único feligrés en la misa.

El cura, que se encontraba consagrando el pan y el vino, al tiempo que oficiaba pensaba en que “no había merecido la pena” celebrar misa un día tan intempestivo y para una persona nada más.

En ese mismo instante el vino y el pan se convirtieron físicamente en sangre y carne de Cristo lo que acrecenta la idea popular de que el Santo Grial es el cáliz que allí se expone.

En este pueblo encontraremos bares, hospederías, mesones, tiendas, casas rurales e incluso un museo etnográfico.

Lejos de esta ruta, se encuentra el Paraje de Las Médulas.

La etapa es de dificultad alta, muy alta dada la exigencia del trazado, con un largo tramo que alcanza su máximo desnivel llegando a La Faba y luego hasta O Cebreiro continúa en una ascensión no tan pronunciada, pero dado el desgaste sufrido hasta ese momento se hace realmente complicada.

Oficialmente la etapa acaba en O Cebreiro, pero la recomendación para aquellas personas que no dispongan de una buena forma física, hacer un alto antes de O Cebreiro, quizá en La Faba o las Herrerías pues el cuerpo lo agredecerá.

Además el paisaje del tramo de ascensión es precioso, al igual que el recorrido por Vega de Valcarce, las Herrerías y todo el cauce del río Valcarce que discurre en plena naturaleza y, aunque hay bastantes tramos por carretera, el entorno merece un caminar pausado para disfrutar de él.

Por otra parte, O Cebreiro dispone de un número limitado de alojamientos lo que a veces obliga a buscar posada en Piedarfita o en otros lugares cercanos en épocas de mayor afluencia de peregrinos, por lo que aconsejamos llegar con reserva hecha y, por otra parte, lo que más merece la pena de la aldea es el conjunto urbanístico, la iglesia y la visita a alguna palloza. Este recorrido por el pueblo se realiza rápidamente y bien puede formar parte del propio recorrido de la etapa que planteemos.

DISTANCIA: 28,4 Km

• Km 0,00 – Villafranca del Bierzo
• Km 5,20 – Pereje
• Km 9,70 – Trabadelo
• Km 13,7 – La Portela
• Km 14,9 – Ambasmestas
• Km 16,5 – Vega de Valcarce
• Km 18,6 – Ruitelán
• Km 20,1 – Las Herrerías
• Km 23,5 – La Faba
• Km 25,9 – Laguna de Castilla (Indicada como Lagoa)
• Km 28,4 – O Cebreiro

CUENTOS Y LEYENDAS DE LA ETAPA

Cuenta esta leyenda…que alrededor del tejo, los guerreros celtas celebraban su ritual de guerra, rogando protección y fortaleza a los espíritus, a la espera del combate contra los romanos. En la batalla, Medulio “jefe de la tribu astur”, murió atravesado por un rayo, que fundió sus tesoros y los esparció en pepitas de oro por toda la montaña.

Borenia era la hija de Medulio y de la que el general romano Carisio estaba enamorado. Carisio juró vencer a los astures y conseguir los favores de Borenia costara lo que costara.

Una noche la muchacha, ante la amenaza de un ataque romano y siguiendo los consejos de su padre, huyó al bosque, donde se encontró a Carisio quien, diciéndole que los dos pueblos habían firmado la paz, logró seducirla.

A la mañana siguiente Borenia regresó a su pueblo, comprobando que su padre estaba muerto y los romanos habían sometido a su pueblo.

Tanto lloró la bella Borenia que sus lágrimas inundaron el valle, hasta formar un lago cuyas aguas arrastraron su cuerpo. Su espíritu se transformó en una ondina, la ondina Caricea, “ninfa, ser fantástico o espíritu elemental del agua”.

Desde entonces, allí habita el espíritu de Borenia y no son pocos, los que aseguran haberla visto, peinando sus cabellos dorados en las noches de San Juan…

Tras la conquista de estas tierras, los romanos crearon las Médulas, y empezaron a extraer todo el oro que el rayo había dejado esparcido por la montaña…