En Miño podemos encontrar un establecimiento que tiene todo el aroma de los viejos bares de toda la vida y que recuerda el ambiente de playa de ya hace unos años. El Café Bar Tolín mantiene una relación con el cliente muy cercana, muy agradable y uno se siente como si estuviera en el bar de siempre, de su barrio, cómodo, a gusto. Sus propietarios son jóvenes y le dan un toque familiar al local y es un lugar que merece la pena visitar si lo que deseas es comer a un precio más que barato pero con una muy buena relación precio de calidad. Pero no sólo comer, sino tomar un café, un vino o una cerveza disfrutando de paz, tranquilidad y familiaridad. Los desayunos son otra de las especialidades de la casa y a la hora de los vinos sirven una gran cantidad de pinchos, que además de ser muy, pero que muy variados, son muy sabrosos. La cocina es la de toda la vida, casera, sin experimentos, clásica, rica y abundante.

Disponen de menú del día y suele trabajar las comidas, más que las cenas, pues no cierra muy tarde.